miércoles, 31 de enero de 2007

Ashoora

Ayer fue el día de la Ashoora. En ese día se conmemora la muerte del imam Hussein nieto de Mahoma y tercer imam de los doce del chiísmo. Es probablemente la fiesta religiosa más importante para los chiíes y probablemente sea la fiesta que se celebra con más devoción. Es un día de luto, todos los iraníes se visten con camisas y pantalones negros, y el color rojo está poco menos que prohibido.
La tradición es que grupos de gente regalen comida en la calle, y en cada calle haya alguien que regale sirope. En muchas casas se matan corderos ahí en medio para luego cocinarlos, por lo que te puedes encontrar en plena peregrinación a la oficina cabezas de corderillos tiradas por el suelo con un reguero de sangre.
Como es un día en el que no hay nada que hacer, pues decidimos ir a ver lo que hacen los iraníes. En conmemoración se flagelan con una especie de fustigadores de metal en la espalda al ritmo de unos tambores. En otros sitios se reúnen junto a una mezquita y se pegan con la mano en el pecho al ritmo de las oraciones. Impresiona bastante la devoción de algunos. Quizá podrían decir lo mismo de los extranjeros que se vienen a España en Semana Santa y flipan con las procesiones españolas.
Entonces fuimos cerca del gran bazar a ver una especie de representación sobre la muerte de Hussein. Allí estaba todo petado de gente y como son los más incivilizados que ha parido madre todo el rato a empujones. Después prenden fuego a una tela en forma de tienda de campaña y se acaba todo. En ese momento un montón de gente se pone a llorar a lágrima tendida y a gritar, la verdad es que impresiona. Y en una especie de procesión con los hombres delante y las mujeres atrá comienzan a andar y a pegarse en el pecho o la espalda. Lo de los hombres es más salvaje pero quiza el ver a todas las mujeres completamente de negro y gritando acojona más. La verdad es que este tipo de actos es lo que se ve en los medios occidentales, y es normal que se piense que están locos.
En otras ciudades como Mashad (al este de Irán) y en Kerbala (Iraq) que son lugares santos del chiismo mucha gente lo que hace es pegarse en la frente con la parte de madera de un hacha hasta hacerse un buen hematoma y luego con el filo se rajan para que salga la sangre. Eso está prohibido en Teherán pero las imágenes que se pueden ver son bastante desagradables.
Y bueno, como decía anteriormente la Ashoora es un día de luto, lo que hay que tener en cuenta porque en este país cuando es luto se llora y cuando es fiesta también se llora, pero menos.

viernes, 26 de enero de 2007

Lo que viene siendo un poquito Irán (el tráfico)

Hoy vamos a inaugurar la sección sobre la vida iraní y más concretamente Teherán. Ya llevo dos meses en este país y las cosas empiezan a ser parte de la vida, no te sorprenden como las primeras semanas, lo que no quiere decir que esto no sea muy diferente a lo que estoy acostumbrado.
Comenzaremos hablando de una de las cosas que más llama la atención y que se aprecia todos los días: el tráfico.
Para entender bien el problema hay que explicar que Irán es el segundo mayor productor de petróleo de la OPEP solo superado por Arabia Saudita. Es el tercer país en reservas probadas del mundo. Sin embargo su producción está por debajo de lo que era anteriormente a la revolución islámica (1979). Básicamente se debe a la escasez de inversiones, incrementado este problema por la inexplicable voluntad autárquica que impide la inversión extranjera en condiciones.
Cabe indicar que este país no es como Kuwait, Qatar, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos... que al tener una población muy pequeña hace que su PIB per cápita se asimile a los países occidentales. En Irán viven casi 70 millones de personas, por lo que el reparto de estos ingresos no es tan benévolo en términos macroeconómicos.
Volviendo un poco al tema, la gasolina en Irán está muy subvencionada, como medida populista gubernamental, que nadie se atreve a eliminar porque supondría una auténtica revolución social en el país. Actualmente el litro de gasolina cuesta unos 6 céntimos de €, por lo que un depósito se puede llenar con 4€. Así las cosas Irán exporta petróleo pero como su capacidad de refino es muy baja tiene que importar mucha gasolina, lo que es un lastre para su economía.
Al ser tan barata la gasolina el transporte es muy barato y las calles se llenan de coches a todas horas. Cuando los jóvenes se aburren (cosa que pasa a menudo en este país con escasez de ocio y son aproximadamente el 60 % de la población los menores de 25 años) cogen el coche y se ponen a dar vueltas por las zonas más chic de la ciudad (no os penseis que lo que es chic en este país es lo mismo que en Europa). De esta forma la ciudad es un caos circulatorio constante, atascos, caravanas...
Ante esto los iraníes han elaborado un sexto sentido, lo que se conoce en España como la conducción temeraria. La ciudad está plagada de autopistas en las que el cambio de sentido se produce en forma de U (se sale por el carril izquierdo y se entra por el izquierdo del sentido contrario sin ningún tipo de señalización ni semáforo). Donde existen tres carriles entran cinco coches, si puedo adelantar por la derecha y luego por la izquierda para qué voy a dar el intermintente y pasarme a la izquierda, si tengo que salirme de la autopista no tengo por qué ir metiéndome en el carril derecho si puedo marcarme una diagonal de diez metros...
Además el tráfico es una de las principales causas de la polución de Teherán, una de las tres ciudades más contaminadas del mundo (junto a Milán y México DF). Con todo el parque móvil en pésimo estado (el coche más visto es el Paykan, un modelo de los 70) que consume una barbaridad y cómo está prohibida la gasolina sin plomo (el plomo en vía respiratoria es genial, te atasca los pulmones y apenas es tóxico...) la ciudad está cubierta a diario (salvo que nieve) por una preciosa nube de contaminación que dificulta la respiración los primeros días (unido a que estamos a unos 1500-2000 metros de altura es lógico encontrar restos de sangre en las vías respiratorias al despertarse).
Por tanto si el uso del coche es imprescindible la ausencia de aceras es una constante en la ciudad, así que los paseos no son muy recomendables. Entre la polución y que no existen lugares para andar es una ciudad pensada para no caminar (aunque para que no se enfaden en Dubai, no tan exagerado como allí).
En definitiva, o te haces al tráfico o no tienes nada que hacer.
Como diría Obelix, están locos estos romanos!!!
P.D: ya están habilitados los comentarios anónimos, así que feel free!!!!

domingo, 21 de enero de 2007

Malditas agujetas

Pues sí, como Domingo que es comienza la semana laboral. Y como ayer estuvimos esquiando en Dizin, las agujetas son parte importante de la jornada.
Este finde han venido dos becarias de Dubai a Teherán, devolviendo la visita de la semana pasada. Y bueno, la verdad es que llegaron a las tantas de la noche, habíamos organizado una pequeña fiesta en casa pero entre que se retrasó su avión y luego el taxista no sabía llegar a nuestra casa, pues hasta las 3 no aparecieron.
El jueves fuimos al Jome Bazar (el bazar del jueves) que es una especie de mercadillo bastante curioso, con un montón de chorradillas. Ya había estado nada más llegar a Teherán pero esta vez lo disfruté mucho más. Al ya dominar algo el país y sobre todo el idioma (no creais que soy ningún experto, pero saber los número y unas cuantas frases usuales me las apaño). Así que despertamos nuestra conciencia consumista, que no se había esfumado, simplemente estaba esperando al momento adecuado para manifestarse. Así que me compré un par de calcetines de lana de múltiples colorines para andar con ellos por casa, también me pillé un macuto que haría las delicias de cualquier comprador de tiendas de barrencalle (la luna, rif...). A Iván le dio por cosas más pofesionales, una buena sisha que la que teníamos no tiraba ni patrás y un tablero de ajedrez y backgammon bastante bueno. Fuimos por la noche a cenar a un iraní con Rubén (el becario informático) Josu (un clásico teheraní que lleva a caballo entre Zumárraga y Teherán 5 años) y Ion (becario de segunda fase en Keraben).
A la mañana siguiente a las 6.30 arriba para ir a Dizin, la estación de sky más grande de Irán a seguir practicando snowboard. Para ser el segundo día ni tan mal, aunque ya nos dimos unas cuantas leches, pero yo creo que en unas diez veces más comenzaré a cogerle el tranquillo jajaja.
Así que hoy es un día duro, duelen todas esas partes que no sabemos que existen hasta que duelen, y encima a las 3 de la mañana llega una misión a la que hay que ir a recoger al aeropuerto. Duro comienzo de semana, pero mejor cuanto más que hacer. A ver si mañana las agujetas permiten jugar a basket...

domingo, 14 de enero de 2007

Dubai


Este fin de semana ha vuelto a tocar viajecito. Como en Teherán las perspectivas de diversión no pasaban de ir el sábado a esquiar, decidimos marcarnos un viaje relámpago a Dubai. Cogimos por unos 200€ billetes con Emirates (la mejor compañía con la que he viajado, mucho espacio, buen servicio, tv individual con un montón de pelis, radios y juegos... y haciendo honor a la belleza de las azafatas). Llegamos a la una de la mañana a Dubai, donde es media hora más tarde que en Irán (es que los iraníes están locos y el horario es GMT+3.30). Esa noche no dio para salir porque los sitios cierran a las 3 pero estuvimos hasta las 5 en la peazo casa de los becarios con su piscinita, salón enorme...

A la mañana siguiente el plan era ir a echar un golf, pero como nos levantamos a las 11 decidimos cambiarlo por la playa. Tiene narices que tras salir de Teherán donde estaba nevando pudiéramos en dos horitas plantarnos en un sitio con 20-25 grados que nos permitió pegarnos el primer chombo del año (en el mes de enero!!!!!). Dimos una vuelta por la zona del Creek donde hay indios para exportar y para cenar fuimos a las emirates towers, que es donde está la oficina comercial en Dubai.
Salir de fiesta por Dubai es bastante curioso porque a todos los sitios se va en coche, los locales donde venden alcohol están practicamente en exclusiva en hoteles así que al final acabamos en uno que se llamaba Cink rodeados de orientales... :-)

A la mañana siguiente fuimos a comer a un sitio de lujo, mirando al mar, pescadito a nuestra elección... genial! Y tras darle un poco al deporte nacional dubaití (el shopping) nos volvimos para casa a prepararnos para cenar. Tras unos intensos campeonatos ping-pongísticos que probocaron alguna lesión muscular, fuimos a un japonés cerca del aeropuerto. El vuelo salía a la 1 y cuarto así que hasta las 4 y media no llegamos a casa. Hoy por la mañana a las 8 en la oficina, por lo que apenas hemos dormido, qué intensidad!... pero mereció la pena!!!!


Adjunto alguna muestra de mi paso por los países arabes...

lunes, 8 de enero de 2007

Ya vienen los reyes

Pues sí, aunque parezca mentira, me pongo colorada cuando me miras. Los reyes magos hicieron su aparición por Teherán, (por algo son magos y vienen de oriente, que antes de llegar a España tenían que pasar por Irán, además cuenta la leyenda que Gaspar proviene de la zona este de Irán, un pueblo llamado Nisapur, cerca de la frontera con Turkmenistán) en su ruta oriente-occidente antes de ir a Belén tenían que pasar por aquí. Les dejamos un poquito de wisky y unas pastitas y a la mañana siguiente ya no quedaba nada (misterios de la navidad...), y a cambio nos encontramos con un célebre presente.



Está claro que hizo ilusión. Y más teniendo en cuenta que Irán es una gran potencia mundial futbolísticamente, solo hay que ver la lista de iraníes que plagan la liga española (aunque solo me acuerdo de un tal Nekounam que juega en Osasuna). Para los que no sepais, el tal Madhavi Kia juega en el Hamburgo, y poco más tengo que decir al respecto.



Ojalá todos hayais sido tan dichosos como yo con lo que os trajeron los magos de oriente. Bueno, a aquellos que no tuvieron ya a nuestro querido Olentzero...

P.D: la historia de Gaspar es una invención personal sin ningún tipo de credibilidad empírica

domingo, 7 de enero de 2007

Viaje a Estambul (...y II)




Retomamos la historia...


Ya estamos en Estambul, pero bueno, antes de amanecer faltaba una pequeña sorpresa. A eso de las 6, alamajaladelamajjaaaaaaa. La mezquita de las narices estaba justo al lado del albergue y como tienen que rezar 5 veces al día tocaba diana, a tope los altavoces y todo suní que se precie pues a rezar.


Nos levantamos a eso de las 11 y media y kedamos en la torre Galata que estaba junto a nuestra pensión para ir a visitar Estambul. Entonces es cuando te das cuenta de donde vives. Yo creo que me autoconvencí de que Teherán no está tan mal, que tiene sus limitaciones y tal, pero cuando ves que lo occidental existe (tampoco es que Estambul sea Nueva York o que se yo) te das cuenta de la mierda de país en la que estás (parafraseando a un argentino que anda por akí, este es un país de mierda en el que nos lo pasamos de puta madre).

Los tres teheraníes en el puente de Gálata

Pero bueno, anduvimos por la zona de Sultanameh, vimos por fuera Santa Sofía, la mezquita azul y nos metimos entre pecho y espalda cómo no, un auténtico Kebab turco. Luego decidimos echar una cabezadita antes de salir de fiesta, eso sí, primero cayó la primera de las Narghiles que fumamos.
Esa noche cenamos en un sitio típico turco, gracias a la dirección de Julia y Elena, las becarias informática y periodista. Nos sentamos en unos cojines en el suelo y a zampar. La comida no estaba mal, sobre todo si la comparamos con el arroz iraní, lo único malo es que no tenían cerveza, así que me tomé una especie de yogur ácido que no estaba nada mal. Después echamos unos pequeños litros en casa de Julia y salimos a dar una vueltilla. He de decir muy a mi pesar que me retiré el primero a eso de las 4 y media (los años pesan...jaja).
A la mañana siguiente Ivan y yo nos levantamos los primeros y nos dimos una vuelta por el Estambul no turístico, esto es, empezamos a andar por donde no había gente y nos perdimos un poco. Luego quedamos con toda la troupe de becarios y fuimos a ver la mezquita azul y la cisterna de Yerebatan. Después nos decidimos por el plan consumista y fuimos al Gran Bazar, que por cierto está repleto de españoles. Nos encontramos un puesto en el que ponía: se habla castellano, se parla catalá (perdonen los catalanes por la mala traducción propia de uno mismo. Después cenamos en otro restaurante, esta vez más elegante aunque la verdad me gustá más el del día anterior. Postreras cervecillas y a las tres para la cama que había que turistiquear un poco más antes del cambio de año.

La mezquita azul

El día 31 nos levantamos sobre las 9 y media los 4 becarios de comercio (cómo se nota la calidad) y fuimos otra vez hacia sultanameh, cogimos el tranvía hacia allí y recorrimos la zona, porque como era nochevieja el palacio topkapi y santa sofía estaban cerradas (que era el plan original de visita). Luego por la tarde tras el Kebab y el té de rigor cogimos un barquito los cuatro solos y nos dimos un paseo por el Bósforo. Hacía un frío que pelaba, pero se soportó bien. Este viajecillo en primavera debe de ser la leche.

Ya por la tarde nos dedicamos de nuevo a la Narguile y a la charla profunda antes de prepararnos para el fin de año.

Quedamos todos para ir a un restaurante de calité para celebrar el cambio de año, aunque unos cuantos informáticos no aparecieron. Los demás (que éramos unos 20) nos echamos unas risas en la cena, con el momento cumbre: las 00:00. Nos pusimos de pie, pedimos un poco de champán y cantamos las campanadas (con carrillón y los cuartos incluídos). Todo el restaurante estaba flipando con nosotros. Qué momento!!!!

La cena de nochevieja (camareeeeroooo!!! una de mero!)
Tras pagar la dolorosa (nunca mejor dicho, porque con lo que nos clavaron por el champan me compro yo la comida del mes en Teherán) nos fuimos a todo correr a casa de Julia a ver a Ramonchu y Anne dar las campanadas españolas. Eso sí, no pudimos comer las uvas por motivos logísticos ya que el piso en donde estaban no pudimos abrirlo porque las llaves las tenían los que no vinieron a cenar. Después la clasica nochevieja...
Y yega el colofón... me despierto a las 8.30 tras echar una cabezadita porque a las 10 teníamos que coger un bus para ir al aeropuerto, y resulta que Iván no estaba en su cama. Bueno, ya llegará. Me ducho, hago la maleta... y que no llega... Entonces decido ir a preguntarle a Pablo (el becario de Sofía que estaba en el piso de abajo) a ver si sabe algo, y resulta que a última hora había pillado con una tipa. A Lucía (la becaria de Amman) que andaba de escaquis por el albergue, resulta que le habían pegado el tirón y le habían tirado al suelo, xo por lo menos no le habían robado el bolso. Así que el tiempo pasa... Iván no responde al móvil... pues se le espera y se coge un taxi... pero el avión no lo pierdo. En estas, casi a las 9.30 aparece corriendo cogemos las maletas y le despertamos al tipo de recepción que estaba todavía tajado y que ni se enteraba de que no íbamos y teníamos que pagar. Pero bueno al final llegamos a las 10 a por el bus... y resulta que no existía tal autobús. Genial!!! tanta prisa... pues ala, a desayunar.
Después cogimos un taxi al aeropuerto y el avión esta vez lo cogimos sin novedades reseñables.

En el aeropuerto de Teherán pasamos los primeros gracias a nuestro pasaporte de servicios por la zona de diplomáticos, pero justo al salir del aeropuerto me paran a mi y me piden identificación. Como me ven un pasaporte que no es ni rojo (diplomático) ni granate (el de tol mundo) pues flipan. Eso de tener pasaporte de servicios (azul) es lo que tiene, además como no viene nada más que el visado en farsi no se enteran de ná. Menos mal que llevaba mi tarjeta de residencia y en cuanto la leyeron me dejaron marchar.

A partir de ahí el viaje terminó trankilamente (bueno salvo los clásicos sustos en el trafico teheraní).

Así que ahí terminó una nochevieja y un año nuevo diferente. Por primera vez fuera de casa...

martes, 2 de enero de 2007

Viaje a Estambul (...y I)

Ya llevaba en Irán más de un mes sin salir, y teniendo la tarjeta de residencia que nos permite salir y entrar todo lo que queramos, no es plan pasarse el fin de año en Teherán. Como solo tenemos 8 días de vacaciones al año, la vuelta a España parecía una quimera. Por tanto la mejor alternativa resultaba ir a Estambul en pues había una quedada internacional de becarios (mayormente informáticos) a la que nos apuntamos toda la troupe iraní. En un principio no era así porque Rubén (el informático teheraní) se iba a ir a Goa, pero como a la India el visado hay que pedirlo con una semana minimo de antelación no pudo marcharse y se apuntó al plan.
Todo comenzó con la compra de los billetes, 400€ con Turquish Airlines, 300€ con IranAir o... Pegasus, low cost turca por 150€. La decisión: sencilla, nos vamos con los más baratos. El problema comienza en los aeropuertos, ya que el de Teherán es el Imam Khomeini que está a 40 km al sur de la ciudad (yo vivo en el norte lo que implica un mínimo de 80 km) y en Estambul no aterriza en Ataturk sino en Sabiha, a 45km de Estambul. Hasta aquí nada raro.
Comienza el viaje. Jueves por la tarde salimos de la oficina y llamamos a un taxi para ir al aeropuerto. Estaba nevando a saco por lo que intuimos que el viaje no va a ser muy placentero... y nada más cerca de la realidad, a partir de que salimos de Teherán las autopistas están blancas!! Entre la gente que iba a no sé qué cementerio cerca del aeropuerto y la nieve, toda una aventura. En el trayecto vimos por lo menos 6 accidentes, eso sí, casi todos golpes. Cuando se une la forma de conducción temeraria de los iraníes con el pésimo estado de sus coches y además la carretera es una pista de patinaje no es de esperar menos.
Por fin llegamos al aeropuerto 3 horas más tarde y resulta que estaba casi vacío. Primera mirada al panel de salidas: istanbul delayed for weather conditions. A ver que pasa... Conseguimos llegar al mostrador de check in (hay control de maletas antes de pasar al check in, y además hay puertas separadas para mujeres y hombres) y resulta que no tienen ni idea de qué va a pasar, ni si va a salir el avión. Además somos los primeros en llegar. Pues toca esperar acontecimientos.
Al de dos horas nos enteramos que el avión que llega no puede aterrizar y lo desvían a Mehrabad, otro aeropuerto más al norte. Asi que nos avisan de que cojamos un taxi para allí, claramente pagado por nosotros. Nos metemos con un iraní que habla inglés porque el tema de los taxis escasea un día de nieve, así que tenemos que ponernos las maletas encima. 2 horitas más hasta Mehrabad.
Por fin conseguimos coger el avión 6 horas después de lo previsto pero ya vamos destino Estambul. Al llegar nos hacen pagar visado, cosa que no deberíamos por tener pasaporte de servicios, pero la primera vez pagamos de novatos, menos mal que solo son 10€ por cabeza.
Son las 2.30 en Estambul y todavía en el aeropuerto. Buscamos el autobús, pero tarda otra horita en salir. Finalmente llegamos al albergue a las 4 y media de la mañana.
El albergue no está mal, para los 8 euros que pagamos tenemos cama en habitación de 8 personas y desayuno incluído así que a descansar que quedan tres intensos días en la gran Estambul...

Año nuevo, vida nueva

A tenor del poco rendimiento que he sacado del antiguo blog, me he cambiado a blogger a ver si aquí puedo poner alguna fotillo para que veais lo que pasa por estos países del Oriente Próximo. Como empieza el año, ilusiones renovadas, y como hace un frío que pela, a ver si por fin me pongo a escribir algo.
Feliz 2007 a todos!!!